Este espacio quiere compartir una pequeña muestra de lo que SANTIAGO SEGURA MUNGUÍA ha supuesto para el Latín y para la Cultura

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Conocí a Santiago Segura el día en que nací. Y he tenido la suerte de verlo envejecer y de poder descubir cada año vivido como un regalo que agradecer a la vida.
En mí recuerdo quedará el padre que lloraba con una pelicula, una canción o un libro y se le ponía el nudo en la garganta cuando hablaba desde el corazón; el que nos hizo amar los paseos por el monte, siempre detrás de sus pasos cuando podía haber peligro; el que me enseñó a dibujar y a sacar fotos; el que nos cantaba mientras saltábamos las olas; el que inventaba historias; el que nos enseñó a distinguir los cantos de los pájaros y las hojas de los árboles; el que hacía pulseras con los juncos y peines con los cardos; el que nos llevaba a conocer otras ciudades y a aprender de ellas; el que por las noches, después de muchas horas de trabajo, venia a sentarse en el borde de la cama para hablar “de nuestras cosas”.
Fue el hombre que respetó, valoró y quiso a su mujer hasta el último minuto de su vida. Formaron un equipo perfecto en el que cada uno tenía su función y tuvieron el arte de educar a una familia numerosa sin levantar la voz.
Fue el que creía en los talentos que cada uno de nosotros tenía, transmitiéndonos el valor del esfuerzo y la humildad para saber que siempre hay algo que aprender. El que nos enseñaba con su ejemplo a ser sinceros y a ser mejores personas, y que la justicia no es dar a todos los mismo sino dar a cada uno lo que necesita. El que compartía todo lo que tenía porque nunca necesitó tener muchas cosas para ser feliz. Fue el que nos demostró que se puede vivir con sencillez aun siendo grande.
El padre que, a pesar de tener firmes convicciones, siempre confió en nosotros y respetó el que pensáramos de otro modo o tomáramos decisiones distintas a lo que él hubiera querido.
Él me enseñó la diferencia entre ser profesor y ser maestro. “El mundo necesita buenos maestros”, fue lo que me dijo cuando yo sólo tenía quince años y que ha sido lo que ha marcado gran parte de mi vida desde entonces.
         Por eso, no sólo tengo que agradecer a Santiago Segura el que me haya dado la vida, sino también todo lo que la vida me ha dado a través de él.
Rocío Segura
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comentario al video de 80 años del Instituto Balbuena (Valdepeñas)
"No lo conocí, claro, porque yo entré en el Instituto casi 30 años después, pero este caballero ejemplifica bien la inmensa suerte que tuvimos los alumnos del "Balbuena". Ni que hubiesen acudido a Valdepeñas todos los mejores profesores de España. Qué memoria, Don Santiago. Me recuerda a aquel otro Don Santiago de Ciencias. D.E.P."
José Luis Fernández Arellano

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"Yo nunca he trabajado", nos dijo una vez Don Santiago."¿Cómo es eso?", replicamos sus atónitos estudiantes. "Es que me lo paso tan bien, que no lo considero trabajo". Esta rotunda confesión, hecha después de décadas de intensísima dedicación profesional, quedó grabada en mí como una promesa, un modelo a seguir. De aquellas lecciones magistrales y tan humanas que tuve la suerte de recibir a lo largo de dos cursos en la Universidad de Deusto, cuántas cosas recuerdo... ¡todavía hoy, después de 27 años, sigo contándolas a mis alumnos, y a mis hijos! "La cultura es como el vino. Puedes adulterarlo con agua, y al principio no se nota. Pero un buen día pruebas un gran reserva, y entonces dices...¡esto sí!". Gracias, Don Santiago, por su magisterio y su ejemplo. Dios le habrá acogido en el más tierno y fuerte de los abrazos. Desde allí siga alentándonos a no trabajar, en el modo en que usted lo hizo... 
Isabel Díaz Morlán
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Santiago se ha ido como vivió: sin ruidos ni estridencias, sin molestar, pidiendo casi disculpas y con un gran sentido del honor.
Hasta su fallecimiento, debo confesar, que no me había dado cuenta de la gran dimensión humana e intelectual del tío Santiago. Su humildad y sencillez hizo que no lo valorásemos lo suficiente en vida y aún así, apenas se cabía en la iglesia  por la cantidad de alumnos agradecidos, compañeros de profesión y personas que le querían de verdad al haberlo tratado.
Humildad, honestidad, tesón, sentido de la responsabilidad, entre otras son las cualidades que tenía para mí.
Era un hombre pequeño en estatura, pero grande de alma, que verdaderamente ha dejado un gran legado a sus hijos y a todos y cada uno de los que le trataron.
Descanse en Paz.
 

Virginia
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Don Santiago ya está en la memoria de alumnos, profesores y multitud de generaciones de bilbainos.
Marcos Cadenato
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**(de facebook Deusto Publicaciones)
** Una pérdida enorme para la universidad. Hoy tenemos que pensar en la gratitud que sentimos cada vez que consultamos sus obras, que redactó con un rigor y una generosidad intelectual quizá ya perdidos para siempre.
Jaime Cuenca
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** Siento una enorme tristeza al enterarme de la noticia, siempre le recordaremos con su sonrisa, su inteligencia en ese paso tranquilo que caracteriza a los grandes y su incansable afán por conocer que tanto contagiaba.
Gema Tomás 
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** Inteligente,culto, todo un Señor que sabía estar y hablar escucharle era un privilegio. No hace mucho tuve esa suerte y me contaba lo que estaba escribiendo.Que sabiduría y saber estar.
Pilar García García
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* (de facebook Pedro Ugarte)
* Yo también guardo los libros de latín de BUP. Tuve la inmensa suerte de ser su alumno, de hecho elegí como optativa Latín para conocerlo y tenerlo de profesor porque un profesor del colegio nos había hablado maravillas de él. Y eran totalmente merecidas, con él aprendía con solo escucharle. Requiescat in Pace.
Jon K. Zamalloa Teodoro
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* Santiago Segura. Siempre recordaré con cariño a mi profesor de latín en el instituto y en la universidad.
Idoia Rubio
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* Santiago Segura Munguía. Nos exigía traducir La Eneida sin diccionario. Las clases se daban en el sótano del Insti. Luis Mari Iturri Sojo, Luis Sacristán Leunda, Juan Daniel Barandiarán Jaca, Arzúa Arrugaeta, Alberto Erardt y unos pocos más. Entonces él era un joven catedrático, que ya tenía tres o cuatro libros listos para enseñar. ¿Se acuerda de nosotros, don Santiago? Nosotros, sí. ¡Hasta recordamos cuando se dejó bigote! Y eso que sólo han pasado cincuenta y algunos años..."Canto a los dioses y al hombre..." Seguro que se ha encontrado allá con Virgilio e Iturri. ¡Vaya tres!
José Javier Rapha Bilbao
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* ¿Cuántos miles de alumnos habrán pasado por sus aulas? Trabajador infatigable hasta el último día, imagino. Aquella imagen suya del maestro que viene con las manos vacías y el texto a analizar en el bolsillo de la americana,... Los libros de texto, el diccionario etimilógico, su edición de "El Asno de Oro"... Lo que se dice un Maestro.
Ramblin Edu 
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* Fue mi profesor en la uni. Muy reconocido y apreciado tb entre sus compañeros
Itxaso Atutxa 
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* Todavía lo recuerdo con su cartera de cuero por los pasillos del Instituto Central. Un hombre serio, un gran profesional y profesor
Txarli De Pablo Otaola
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“ Vuelve tus ojos, Santiago, vuelve tu mirada y admira la cosecha: Carmen, la buena tierra, y el fruto en sazón de vuestros hijos, multiplicado en los hijos de tus hijos. En el balance contable de tu vida profesional más de diez talentos por cinco recibidos. Grabado a tu favor está en la cuenta de la vida. Hoy miles de agradecidos alumnos te recuerdan como ese “buen profesor”, sabio y ameno, cuya huella nos marca para siempre. Es tu otra herencia, tu rica herencia, Santiago, la que has dejado sembrada en las mentes y en el corazón de cuantos te conocieron y escucharon. 
Cipriano Fontanilla

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Yo tengo la culpa , en parte, de  que don Santiago Segura quisiera escribir sus memorias de niño. Hace años escribí Memorias de un niño de pueblo, y se lo regalé. Cuantas veces nos encontrábamos por el puente de Deusto me decía lo mismo:”Tengo que escribir  Memorias de una chiquillo de pueblo, donde recoja  como tú las palabras de cuando era niño”. Y me lanzaba una serie de palabras originales, que nos servían  para comparar los dialectos. Pero lo iba posponiendo porque tenía en proyecto otros libros más importantes.  Hubiera sido un auténtico tesoro, porque  es fácil recoger palabras, se hace en muchos sitios,  pero  lo interesante hubiera sido  que él nos  hubiera ido descubriendo el  significado y origen de cada palabra como sólo él lo podría haber hecho. No importa, desde el Olimpo le dictará  sabiduría a cualquier alumno suyo que quiera acometer la tarea. Un gran hombre.
 Pablo Zapata Lerga
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Ayer Santiago se fue con sus queridos colegas romanos y griegos. Buscando información sobre él he encontrado tu blog. Gracias por acercarnos su figura, sobre todo con el cariño que se nota en cada frase.
Tuve la suerte de poder entrar en su casa, de ser amiga de sus hijas e hijos, y de considerarme un poco sobrina. Hoy, aunque el día sea triste, le recuerdo con mucho cariño. 
En casa tengo "su" asno de oro, lo leeré en su memoria. Requiescat in pace.
Elena Sáez
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Fui alumna suya en la Universidad de Deusto durante los cursos 1967-68 y 1968-69, en Comunes. Recuerdo con alegría y cariño sus clases y su trabajo por las tardes, gratis et amore, con los futuros alumnos de Filología Clásica, entre los cuales también estaba yo.
Mª Elena Martínez Urigoitia
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Yo tuve el placer y el privilegio de ser alumno de D. Santiago durante varios cursos en la Universidad de Deusto a finales de los 80 principios de los 90 y todavía hoy recuerdo su gesto y supalabra firme, serena y sabia. Su facilidad para explicar y hacer vivos los conceptos y para acercar el latín a la vida cotidiana. Su sencillez, forjada en la experiencia y en su profundo conocimiento de las lenguas latina y española, su amor a la docencia y su sabiduría vital le hicieron un maestro auténtico cuyas enseñanzas permearon en mi vida más allá de lo meramente académico.

Por eso, encontrarme hoy con este blog dedicado a su persona, me ha emocionado y me ha permitido revivir magníficos momentos vividos en las aulas y también en su despacho, su sabia orientación y su vitalidad contagiosa, casi juvenil. Aunque parezca increible hace poco tuve ocasión de hablar de él con alguien que le conoció cuando ambos eran jóvenes, profesor también él universitario, aunque de griego. Por desgracia no recuerdo su nombre aunque sí que fue profesor en León. Además, el vivir en la ciudad de Salamanca me ofrece muchas ocasiones de recordarle al estar rodeado de latinistas.

Magnífica página, le deseo lo mejor al Maestro D. Santiago Segura Munguía, y agradezco el trabajo de quienes han llevado a cabo este proyecto y lo mantienen. Ya ha pasado a formar parte de mis favoritos.

Un saludo cordial
MIGUEL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
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